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LIBRES Y SALVAJES


Las Mujeres y los Hombres Salvajes tenemos mucho en común con los Lobos:
Ambos compartimos un Espíritu Salvaje y un Corazón Noble.
Somos criaturas instintivas, indómitas e incomprendidas.
Nos sentimos inadaptados e incómodos en la ciudad, pues nuestro hogar se encuentra entre Bosques y Montañas, lejos de ruidos, contaminación y calles asfaltadas.
La gente suele temernos, no porque seamos fieros o peligrosos, sino porque no entienden el verdadero valor y significado del Amor, la Lealtad y la Libertad.
Huimos de la artificialidad y la superficialidad, ya que los Hombres y las Mujeres Salvajes somos naturales, genuinos y esenciales.
Somos capaces de percibir lo que se halla oculto, ver más allá del velo ilusorio de la verdad, escuchar los susurros ancestrales de los espíritus y oler las emociones y los sentimientos de los demás.
Sentimos lo que la gente no puede comprender y cantamos a la Luna cada noche como símbolo de nuestro renacer.
Nos emociona el contacto con nuestra Gran Madre y no le tenemos miedo al Silencio ni a la Soledad, pues son nuestros aliados más sagrados cuando no estamos en manada y cae la oscuridad.
La manada es nuestra tribu, la familia, el Círculo Sagrado inquebrantable que defendemos con garras y colmillos a quien ose adentrarse en nuestro territorio sin permiso.
Somos fieles a nuestra pareja, la cual, si nos cuida y nos protege, sabrá que podrá contar con nuestro Amor para el resto de la eternidad.
Un halo de magia, misterio y embrujo envuelve nuestra aurea, y en nuestra mirada, puede verse reflejada el Alma de nuestras antepasadas.
Somos Brujas, Chamanes, Sacerdotisas y Magos, a quienes el mundo jamás pudo doblegar, a quienes la sociedad nunca podrá civilizar, pues está en nuestras manos la Medicina de la Madre Tierra, el Amor de nuestras Hermanas y Hermanos, la responsabilidad de mantener en equilibrio el planeta y la capacidad de transformar el mundo en lo que soñamos.
Somos los Hijos y las Hijas de las Lobas y los Lobos, y nos presentamos ante la Luna y el Sol tal cual somos.
-Nayum al-Masir-